Alta temperatura más humedad elevada en el aire: En Alemania se dan cada vez con mayor frecuencia periodos cortos en los meses de verano caracterizados por altas temperaturas acompañados de una humedad elevada. El pasado año, estas fases fueron de una frecuencia inusual y prolongadas. Según la base de datos climático Meteonorm, hasta ahora tenemos por término medio en Alemania temperaturas superiores a los 20 °C durante 1000 horas al año. Sin embargo, ¡en 2018 fueron más de 1800 horas! Además, hubo 16 días con valores de entalpía de más de 67 kJ/kg en el aire exterior (mediciones propias de una estación metereológica de Emstek, Alemania). Esta cantidad elevada de días se debe valorar como un valor máximo absoluto. La cuestión sobre este asunto es: si estos periodos de calor se dan con mayor frecuencia en el futuro, ¿qué puede hace el criador de animales para protegerlos de las consecuencias?
Las personas hemos desarrollado diferentes estrategias para afrontar estos periodos y hacer la vida más llevadera. Entre ellas figuran el uso de ropa ligera, beber mucho, estar a la sombra, reducir la actividad física y usar sistemas de aire acondicionado. Pero, ¿qué ocurre con nuestras gallinas ponedoras? ¿Que posibilidades tienen para superar los periodos de calor y cuál es la repercusión en la salud y la productividad?
La liberación del calor en las aves
Para responder a estas cuestiones es importante saber que las aves no pueden transpirar y que la liberación del calor a través del cuerpo está muy limitada debido a su plumaje. Si tienen demasiado calor, dejan que las alas cuelguen y las separan del cuerpo. También en la cresta, las barbas y las patas, la posibilidad de liberar calor al exterior es muy limitada, pues la mayor parte del calor la expulsan a través de la respiración. De este modo se evapora mucha agua en los pulmones y se extrae así el calor del cuerpo, lo que se conoce como termorregulación mediante el enfriamiento por evaporación.
Siempre que las gallinas se encuentren en su zona térmica neutra, que se sitúa entre los 16 y los 24 °C, todo está correcto. Dado que existe un gradiente de temperatura suficientemente grande respecto a su temperatura corporal de 41 °C, se puede expulsar el calor completamente.
Sin embargo, no solo se debe tener en cuenta la temperatura exterior, sino también la humedad relativa del aire que es muy importante. Si esta aumenta a más del 70 % con una temperatura exterior de 24 a 26 °C, el gradiente del vapor de agua en los pulmones respecto al entorno disminuye y las gallinas tienen que aumentar la frecuencia de la respiración para expulsar todo el calor. Esto significa que abandonan la zona térmica neutra y el estrés térmico se inicia ya habiendo temperaturas muy moderadas. Esto se puede observar fácilmente cuando las gallinas comienzan a jadear. Este es un síntoma claro de que tienen demasiado calor. Además, este aumento de la respiración requiere mucha energía de alimento y, por tanto, potencia.
Predecir la carga térmica
El Servicio Metereológico Alemán www.dwd.de ofrece durante el periodo de mayo a septiembre la previsión de los valores de entalpía y explica sobre este tema: «La entalpía indica la capacidad térmica total del aire y sirve como índice de la carga térmica de las aves.» Si, conforme a la previsión del Servicio Metereológico Alemán, se esperan valores de entalpía en el aire exterior de hasta 67 kJ/kg o superiores, los valores de entalpía en el aire de la nave se situarán en 72 kJ por el aporte de calor de las aves. De este modo se alcanza la zona crítica de las aves.
Si se dan temperaturas demasiado elevadas o valores de entalpía demasiado elevados durante varios días consecutivos, nuestra gallinas ponedoras reaccionan con un aumento de la frecuencia de la respiración y reducen, además, la toma de alimento para aliviar el metabolismo. Esto tiene las siguientes repercusiones negativas:
- Aumento de la toma de agua debido al jadeo
- Reducción de la toma de alimento para aliviar el metabolismo
- Disminución del peso del huevo
- Reducción del rendimiento de puesta
- Peor calidad de la cáscara
- Estiércol húmedo por el exceso de consumo de agua
- Aumento de las pérdidas
¿Qué podemos hacer a tiempo y como prevención para mantener el bienestar y la productividad de nuestras gallinas ponedoras también durante estos periodos?
Aspectos de la construcción
Ya desde el momento de la planificación de naves nuevas se deben tener en cuenta algunas cuestiones. Para poder tener un buen volumen de aire en la nave, esta debe tener suficiente altura. Además, es importante contar con un buen aislamiento. Este no solo sirve en invierno, sino que también en verano evita el calentamiento del aire de la nave y la incidencia de los rayos solares en las aves, que provoca una carga térmica adicional.
Asimismo se debe prestar especial atención al sombreado de la nave, sobre todo donde se encuentran las entradas de aire. Las superficies asfaltadas de la granja sin ningún tipo de hierba calientan aún más el aire de la nave. Plantando árboles y arbustos se contribuye a refrescar el aire fresco que entra.
Concepto de ventilación
Lo fundamental para un control óptimo del clima, sobre todo en naves con ventilación forzada, es la instalación de sistemas de ventilación modernos suficientemente dimensionados y el control tecnológico correspondiente.
Nuestras razas de gallinas ponedoras de hoy día se caracterizan por su elevado potencial de rendimiento genético. Junto a la necesidad de mantenimiento, también tienen una elevada demanda de potencia que se manifiesta en un metabolismo más elevado. Eso significa que nuestras razas actuales de gallinas ponedoras producen mucho calor, vapor de agua y dióxido de carbono. Normalmente, los índices de renovación del aire recogidos en la norma DIN 18910 son suficientes para evacuar el calor de los animales. Sin embargo, en los días calurosos de verano no son suficiente. En este caso se deben alcanzar al menos 4,5 m3/h y kg de peso vivo para ofrecer suficiente refrigeración a los animales. Por tanto, es muy importante que exista un índice de renovación elevado de forma correspondiente.
Por este motivo es recomendable, además de la conducción de aire de entrada habitual mediante entradas de aire de pared y la extracción de aire mediante chimeneas que se disponen distribuidas sobre el techo, instalar una ventilación adicional de verano mediante entradas de aire grandes en el frontón (figura 1).
Figura 1: Ventilación de verano adicional mediante entradas de aire grandes (persianas)
De este modo se deberían alcanzar al menos dos tercios del índice de renovación de aire en forma de ventilación longitudinal, pues con este tipo de ventilación se logra el máximo movimiento de aire (gráfico).
Gráfico: Representación gráfica de la extracción de aire mediante chimeneas
En las construcciones de naves nuevas es conveniente instalar directamente la llamada ventilación combi-túnel. Si en los días calurosos de verano las temperaturas aumentan por encima de los 25 °C, el ordenador climático cambia de la ventilación lateral a la ventilación túnel con este sistema. Así se puede hacer pasar todo el aire fresco de forma longitudinal por la nave para alcanzar velocidades del aire máximas y lograr así efectos de enfriamiento por viento. Esto se consigue fácilmente con chimeneas de salida de aire (figura 1) o mediante torres de ventilación (figura 2) concentradas en el tejado.
Figuras 1 y 2: Extracción de aire central mediante chimeneas (izq) o una torre de ventilación.
La medición y la sensación no son lo mismo
El efecto de enfriamiento por viento describe la diferencia entre la temperatura del aire medida y la temperatura percibida, dependiendo de la velocidad del aire. Si la temperatura del aire es inferior a la temperatura corporal de la gallina ponedora, que se sitúa en torno a los 41 °C, las aves expulsan energía calorífica al entorno. Esta expulsión de calor se intensifica con el aumento de la velocidad del viento. Como resultado, el ave percibe el aire más fresco de lo que es realmente. Sin embargo, si la temperatura sigue aumentando, ya no funciona la refrigeración mediante el aire, puesto que la diferencia de temperatura es demasiado escasa. El aire caliente por encima de los 40 °C ya no refresca sino al contrario, da más calor aún a las aves.
Refrigeración con agua
Queda ahora como última medida técnica la refrigeración con ayuda de agua. En las regiones de clima cálido, el sistema de refrigeración PadCooling es muy habitual. Con la ventilación de presión negativa utilizada se aspira el aire fresco muy cálido, antes de pasar a la nave, a través de paredes húmedas de celulosa o de plástico. De este modo el aire fresco absorbe humedad y se refresca antes de pasar a la nave. En combinación con la ventilación túnel se logra una refrigeración muy eficiente que también puede garantizar una buena climatización de la nave, incluso en caso de calor intenso.
Un segundo sistema es la llamada refrigeración por vapor. Este procedimiento ya es la norma habitual en las naves de cría de pollos. En los sistemas aviarios esta técnica todavía se encuentra en sus inicios. Se teme una humidificación demasiado intensa de la yacija y los propios aviarios. Sin embargo, no hay nada que impida la instalación en invernaderos, pues antes de que el aire fresco pase del invernadero a la nave a través de las entradas de aire de pared, se refrigera bien mediante la refrigeración por vapor.
Producción alternativa campera
Debido a las características de la construcción, las naves de producción alternativa campera se deben tratar por separado. La ventilación mediante presión negativa clásica no se puede aplicar del todo dado que debido a las trampillas de salida abiertas no se puede crear una presión negativa estable. Por este motivo se utiliza cada vez más una ventilación de presión constante mediante chimeneas de entrada.
También en este caso es muy recomendable utilizar una ventilación de verano adicional en forma de entradas de aire grandes (persianas) en el frontón de la nave, pues por la noche, cuando las trampillas de salida están cerradas, se puede ventilar bien la nave con el aire fresco de la noche a través de las persianas abiertas. Para que el intercambio de aire sea suficiente, estas naves, incluidos los invernaderos, se deben construir con la mayor altura posible. El techo de la nave y el techo del invernadero deben aislarse para que el calor no se acumule además en esa zona. Para ello resulta útil el sombreado o la creación de espacios verdes alrededor de la nave. Incluso en la producción alternativa campera se deben procurar suficientes zonas de sombra para los animales.
También vale la pena echar un vistazo a las regiones que tienen que afrontar temperaturas elevadas con mayor frecuencia. En Australia, por ejemplo, en las naves de producción alternativa con ventilación natural se colocan ventiladores de circulación a una distancia de 10 a 15 m (figura 3). Así crean un efecto de enfriamiento por viento suficiente simplemente soplando aire a las aves. A partir de una temperatura de 32 °C se añade una refrigeración por vapor.
Figura 3: Uso de ventiladores de circulación en combinación con una refrigeración por vapor en una nave de producción alternativa campera en Australia
Medidas de gestión
Si se han tenido en cuenta y se han optimizado todos los aspectos desde el punto de vista de la construcción y la climatización, existen algunas medidas de gestión que el granjero puede tomar para minimizar el estrés térmico en sus aves.
1. Hacer funcionar la refrigeración por la noche al máximo nivel
Si por la noche o en las primeras horas de la mañana hace más fresco, se debe ventilar bien. Así se puede refrescar algo la nave en general, los animales pueden expulsar de nuevo todo el calor acumulado al aire y recuperarse.
2. Comprobar todos los días la entrada y la salida de aire
Todos los días se debe comprobar el funcionamiento de las entradas de aire, los ventiladores y las chimeneas de aire de escape. La suciedad adherida, las hojas o las telarañas delante de las entradas de aire pueden aumentar la presión de los ventiladores y disminuir así el rendimiento del aire.
3. Controlar el peso de las aves a diario
Pendant ces périodes de chaleur, il est tout à fait normal que les animaux réduisent leurs consommations alimentaires de 130 grammes à 120 grammes seulement. Cela provoque un poids d’œuf plus faible ou diminue l’aptitude à pondre. Cela devient problématique lorsque les animaux perdent du poids. Cela peut provoquer une baisse de la capacité de ponte, même lorsque la période de chaleur est terminée. Il est donc nécessaire de surveiller ponctuellement le poids des animaux afin de pouvoir contrer une perte de poids le plus tôt possible.
Avec des bascules installées dans le bâtiment, un seul coup d’œil à l’ordinateur de production suffit à obtenir une certitude. En cas de tendance à la perte de poids, il est possible de transposer les heures d’alimentation principale aux premières heures du matin. Il ne fait pas encore trop chaud et les animaux ressentent davantage la faim. La composition des aliments et l’administration de vitamines sont également à contrôler. Ici, le conseiller en produits de nourriture peut certainement vous aider.
4. Controlar a diario el consumo de agua
En esos periodos de calor es completamente normal que las aves reduzcan la toma de alimento, de 130 gramos normalmente a solo 120 gramos. Esto genera pesos de huevo más bajos o un rendimiento de puesta ligeramente menor. Cuando las aves pierden peso, resulta más problemático. Entonces puede ocurrir que el rendimiento de puesta afectado no vuelva a recuperarse incluso posteriormente, tras finalizar el periodo de calor. Por eso es necesario vigilar el peso de las aves a tiempo para poder contrarrestar lo antes posible una disminución del peso.
Para cerciorarse, puede ser suficiente con echar un vistazo al ordenador de producción a través de las básculas de aves que se instalan en la nave. Si se reconoce una tendencia hacia pesos más bajos, cabe la posibilidad de pasar las horas de alimento principales a las horas más tempranas de la mañana, cuando todavía no hace tanto calor y las aves tienen más hambre. Asimismo se debe comprobar la composición del pienso y la aportación de vitaminas. Seguramente el asesor sobre la alimentación puede servir de ayuda.
5. Adaptar el programa de luz
La toma de alimento y agua así como el período de postura principal se pueden controlar en cierta medida mediante un programa de luz especial adaptado a los meses de verano. El uso de ordenadores de control modernos también permite un cambio anticipado a las horas tempranas de la mañana.
Retrospectiva y resumen
Volviendo la mirada al último verano se puede decir que sobre todo en las naves más nuevas todo ha ido bien. Si bien hubo en parte temperaturas muy altas, la humedad del aire fue relativamente baja. Quienes utilizaron la ventilación túnel refieren que
«...el rendimiento de puesta fue algo menor y, a cambio, la factura eléctrica el doble de alta. Pero no tuvimos aumento de las pérdidas y las aves han superado bien este periodo.»
Y para estar bien preparado para el próximo verano se puede afirmar de forma breve y concisa: ¡Cada grado cuenta! Piense a tiempo sobre lo que puede hacer como criador de aves para que el próximo verano esté libre de estrés térmico en la medida de lo posible también para las gallinas ponedoras.
Jörg Bohnes, Janett Peschel
Big Dutchman International GmbH
Publicado en el número especial de la DGS 27/201