Buenas noticias desde EE. UU.: Una investigación independiente de la prestigiosa universidad de Georgia (EE. UU.) ha confirmado la elevadísima exactitud de medición del sensor de amoniaco DOL 53. El sensor, para la utilización en el manejo de animales, es comercializado por el grupo Big Dutchman. Mide de forma constante el contenido de amoniaco en el aire de la nave.
El estudio, realizado por el Departamento de Ciencias Avícolas de la Facultad de Ciencias Agrarias y Medioambientales de la Universidad de Georgia, se llevó a cabo en una nave de pollos cerrada y de dimensiones 12 x 152 metros (40' x 500'). En total se llevaron a cabo cuatro ciclos de pruebas. Resultado: Según el informe final «el sensor de amoniaco DOL 53 ha mostrado su gran eficacia en los primeros ensayos sobre el terreno». La universidad permite el acceso online al estudio «DOL 53 Ammonia Sensor…A First Look». Aquí está el acceso a «Poultry Housing Tips, Volume 30 Number 1».
Animales más sanos
Basándose en los datos obtenidos por el sensor, los ganaderos pueden regular correctamente la climatización de la nave, evitando así los efectos negativos que un elevado contenido de amoniaco produce en la salud animal. «Para nuestros clientes esto significa animales más sanos, mayor bienestar animal en la nave y con ello mejores resultados de explotación».
Elevados contenidos de amoniaco implican graves consecuencias sobre la salud. La lista de perjuicios (F.N. Reece et. al., 1980, D.M. Miles, et. al., 2004) es clara al respecto:
- pérdidas de peso del 2 al 19 por ciento en pollos de 28 días de edad (en concentraciones de 25 ppm - 50 ppm)
- significativa reducción de la uniformidad y la ganancia de pechuga en pollos de 28 días de edad (en concentraciones de 25 ppm - 50 ppm)
- empeoramiento de la conversión alimenticia
- aumento de la posibilidad de enfermedades: demasiado amoniaco en el aire influye en la capacidad de funcionamiento de los pelillos vibrátiles situados en las vías respiratorias, o en su caso, los deja totalmente fuera de combate. Los pollos enferman con más rapidez, porque los llamados cilios realizan una tarea de defensa contra gérmenes patógenos muy importante para el sistema inmunitario.
El sensor puede acoplarse fácilmente al control climático y suministra datos de forma continua al ordenador. Así, los criadores de animales pueden informarse en todo momento y de forma precisa sobre los contenidos de amoniaco en sus naves y, en caso de problemas, están a tiempo de poner en marcha las medidas necesarias de adaptación.
Otro punto positivo: Al contrario que otros sensores comercializados, el sensor de Big Dutchman no se ve afectado por las adversas condiciones ambientales de la nave, como variaciones de temperatura y humedad o gases nocivos, que reducen la exactitud de la medición. En el siguiente enlace dispone de más información sobre el DOL 53 - «Climatización de naves: El novedoso sensor de medición es un hito en el manejo avícola».